Una soleada tarde en la feria del pueblo, un niño de piel negra contemplaba extasiado al vendedor de globos.
El pueblo era pequeño y el vendedor, que había llegado pocos días atrás, ya tenia su lugar allí: se ubicaba en el parque, debajo de un gran árbol conocido como "palo borracho", que daba una maravillosa sombra y anidaba hermosas aves.
El pueblo era pequeño y el vendedor, que había llegado pocos días atrás, ya tenia su lugar allí: se ubicaba en el parque, debajo de un gran árbol conocido como "palo borracho", que daba una maravillosa sombra y anidaba hermosas aves.